En lo que para muchos colombianos es considerado como la jugada más arriesgada del gobierno del presidente Alvaro Uribe Vélez, se comenzó el traslado de los guerrilleros presos en la Cárcel Modelo de Bogotá hacia Normandía de Chiquinquirá.
El gobierno está jugando con total transparencia ante su oponente que siempre ha tenido una manera sucia de presentarse a los encuentros, lo que todo el pueblo colombiano anhela es que en esta ocasión, es que mediante la concentración de las fichas guerrilleras y su posterior liberación, generen en las altas esferas del grupo subversivo de las farc, incentivos para cumplir con los acuerdos necesarios que permitan crear un camino que conduzca a la paz en el país.
En un acto de completa inocencia y esperanza, lo que los colombianos le solicitan a los futuros guerrilleros excarcelados, "que se desmovilicen, que se comprometan a no regresar a la delincuencia, que se comprometan a trabajar por la paz, y que estén bajo la vigilancia o la tutoría de un gobierno extranjero o bajo la tutoría de la Iglesia católica", como explica un comunicado del gobierno.